Salud mental en niños adolescente e infantes.
Según la OMS, la salud mental es el estado de bienestar completo tanto psicológico, social, emocional y físico que va más allá que presentar enfermedades. No se refiere a salud física, si no el sentirse bien como individuo.
La salud mental se evalúa de igual forma en niños, adolescente o adultos. En los niños y adolescentes se expresan mayormente en rasgos comportamentales. Si están tristes o existe algo que les está generando algún malestar, su comportamiento es distinto. Lo ideal es conversar y llegar al trasfondo de lo que generó el cambio.
Es importante identificar que, si existen estos comportamientos por más de 6 u 8 días, se podría considerar una alerta de que algo está ocurriendo con el niño y comenzar a tomar medidas para evaluar si es una conducta emocional por una situación específica o si es algo que ya debe ser tratado con más profundidad.
Identificar signos de problemas en la salud mental en niños
En la situación actual que nos encontramos, los rasgos que más se evidencian son de ansiedad y depresión, por ejemplo: El niño o niña está muy callado, tiene muchas ganas de dormir, no juega, pasa solo sentado o jugando videojuegos, no le gusta compartir con sus compañeros así sea en video llamada, no duerme bien o presenta etapas regresivas como miedos nocturnos o mojar nuevamente la cama.
En el caso de los adolescentes es un poco más difícil notarlo, porque la adolescencia como tal generalmente es una etapa de aislamiento hacia los padres, por eso es importante que la persona más cercana sea la que esté pendiente si el adolescente está comiendo bien o con demasiada ansiedad ya que es el primer signo que debemos evidenciar. Otro signo de alerta es el encierro y dormir durante todo un día. Es importante llegar al adolescente con la idea de apoyo y no de invadir su espacio o privacidad. El diálogo es parte importante para abordar temas de su interés y no minimizar los problemas y sentimientos de los jóvenes, para que ellos también sientan respaldo emocional por parte de los padres que les permita abrirse sin temor.
Clases virtuales durante el Covid-19
El tener una clase virtual y no poder socializar con los compañeros los limita en la interacción social, lo que los vuelve más irritables y los involucra más al uso de dispositivos móviles. Inclusive el no disponer de un espacio separado entre colegio y casa se vuelve un problema.
Como ayudarlos en sus clases virtuales
La compañía durante las clases virtuales es importante según la edad que tenga el niño o adolescente.
En el preescolar es importante la supervisión y acompañamiento de un adulto durante toda la clase porque en esta edad los niños no manejan un computador y necesitan asistencia. Se recomiendan espacios de clase de máximo dos horas, pues la concentración en niños pequeños se sostiene solo 15 minutos. De ahí la importancia de contar con la presencia de los padres ayudando e incentivando el aprendizaje con distintas estrategias como títeres, ejercicios de estimulación y destreza en forma de canciones o juegos, manualidades con material reciclado o de papel como el origami o audiolibros con soporte visual.
Los niños en etapa escolar no necesitan el acompañamiento de los padres, es importante para trabajar en la independencia y responsabilidad del niño, si estar pendientes, pero no estar netamente a lado de ellos. Esto les ayuda a desarrollar independencia.
En el caso de adolescentes deben recibir sus clases virtuales completamente solos, pero también es importante preguntarle al final del día como les fue.
Las clases virtuales presentan complicaciones por los distractores que tenemos en casa, por eso es importante generar un espacio en donde el niño o adolescente vaya a recibir clases. Un ambiente con buena entrada de luz y amplio, que no tenga distractores y se mantengan las mismas del colegio pero en casa, también es importante que este espacio cuente con todos los materiales necesarios para las clases virtuales.
Manejo de las emociones en pandemia
Una buena estrategia para manejar emociones es crear rutinas que permitan administrar de mejor manera el tiempo de los niños, de esta forma se puede regular la ansiedad y el estrés.
Es importante explicar a los niños el contexto de la situación actual y porque deben estar encerrados y asistir a clases de manera virtual, una alternativa muy útil es a través del cuento “Los días que todo se detuvo” promovido por la UNICEF.
Otras alternativas importantes para evitar procesos regresivos como los berrinches es, impulsar la interacción social ya sea por unos minutos fuera de casa con vecinos, amigos o familiares o reuniones por plataformas tecnológicas en donde los niños se relacionen con sus compañeros para generar otras opiniones e incentivar la socialización. O incentivar a una sana competencia a través de juegos con la familia, además de generar espacios para compartir con los hijos y que no se pierda el estado de conexión.
Cuando ya no exista la pandemia como tal y podamos salir con normalidad, es probable que se genere tanto en adultos como niños el “síndrome de la cabaña”, que es el miedo a contagiarnos de Covid-19. Por eso es importante educar al niño sobre el proceso que exista cuando salgamos a la normalidad para evitar la sobre preocupación y evitar transmitir nuestra ansiedad o miedo extremo a nuestros hijos.
Es recomendable dar espacios para charlar y escuchar las razones del porque están molestos nuestros hijos, pues les permite expresarse y aclarar dudas que puedan tener de esta experiencia de confinamiento. Si hay gritos por parte del niño y la respuesta del adulto es más gritos, se va a poner más irritable. También se recomienda programar pequeñas salidas seguras para cambiar de ambiente, ya que esto también les ayuda.
Para evitar episodios de ansiedad y miedo innecesarios, es importante saber hasta dónde el niño debe conocer lo que nos está pasando y hasta dónde no. Con los adolescentes podemos compartir un poco más, ya que tienen mayor sentido de cognición y lo que les permite entender mejor.
Durante la cuarentena es normal que el niño sienta más apego hacia los padres, principalmente los niños de hasta 3 años, se recomienda empezar a trabajar en un proceso de separación donde el niño entienda que puede estar solo dentro de casa. Los niños empiezan a captar a partir del año y es importante explicar las nuevas rutinas y designar un espacio para que el niño pueda jugar.
Un cuento que ayuda a la paternidad en tiempos de covid es “A que rato creciste” promovido también por la UNICEF, nos ayuda a explicar la importancia de la independencia del niño.
Hiperactividad y clases online
Es importante que el colegio tenga adaptaciones para los niños hiperactivos o con déficit de atención, ya que las actividades que ellos realicen deben tener mayor grado de dificultad, pues al tener un C.I. más alto terminan sus tareas más rápido. Si la escuela no genera estas adaptaciones, los padres pueden fomentar actividades extras para que el niño pueda seguir haciéndolas sin desconcentrarse de la clase. También es importante tener las reglas marcadas así podrán concentrarse de mejor manera. Algo que funciona es pedirle a la profesora que asigne un rol al niño dentro de clase.
Duelo o pérdida de una familiar por Covid-19 en niños
Es importante hablar de la muerte con los niños. Siempre hay que tomarse el tiempo de explicar porque se fue el familiar que murió y evitar generar un pensamiento de abandono. Por la situación actual, no se debe asistir a un velorio, que de cierta forma vuelve el duelo más real. Para ayudar a dar un cierre, se puede elaborar un ritual de despedida, como la elaboración de cartas de despedidas. Si es duelo por fallecimiento de padres, la situación es más compleja, porque hay conexiones emocionales mucho más fuertes, en estos casos es recomendable un proceso de atención psicológica para trabajar la parte de abandono, emocional y las depresiones que se pueden generar a partir de la muerte de un padre o madre.
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